domingo, 20 de diciembre de 2009

Working Title

Esta primera entrada la quiero dedicar a algo que a todos nos hace reflexionar de vez en cuando, un algo tan importante como es la Felicidad. Y Felicidad con mayúscula; la Felicidad verdadera. No es casi nunca duradera, y no abarca todos los ámbitos de nuestra vida, ya que sólo podemos encontrarnos satisfechos a la vez en un aspecto de ella, o quizás incluso en varios, pero, en cualquier caso, no en todos. Sin embargo es la meta última de nuestra existencia.

El ser humano habla sin cesar del reparto justo, entre todos los individuos del mundo, de elementos y recursos necesarios para la vida como son la comida, las medicinas, la educación o la vivienda. Pero, ¿y la felicidad? Siempre se habla de ''dar comida a aquellos que no la tienen, o techo a los que duermen al raso'', pero, ¿no es acaso la felicidad tan necesaria para vivir como la comida, las medicinas o el hogar? En tal caso, ¿por qué nunca se habla de dar felicidad a aquellos que no la tienen?

Nos hemos olvidado de que la felicidad de los demás depende de nosotros mismos, y, en consecuencia, nuestra felicidad depende de las personas que hay a nuestro alrededor. Así que besemos, regalemos algo, dediquemos una canción, escribamos un poema, y hagamos que mañana sea un día más feliz para alguien.



''La falta de amor es el dolor más profundo.''
Nosferatu, Phantom der Nacht, Werner Herzog, 1979.

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